Conflicto EE.UU.-China

Perspectivas

Conflicto EE.UU.-China

México, ¿ganador o perdedor?

La guerra comercial entre ambas naciones representa, en cierta medida, un beneficio potencial para nuestro país, pero, al mismo tiempo, podría generar situaciones adversas que afectarían la economía nacional.

Entrevista con Daniel Zaga Szenker, Director de Análisis Económico en Deloitte México-D.Econosignal.

Ciudad de México, 27 de mayo de 2019.

Las dos potencias económicas más importantes del mundo se encuentran, hoy, en un estado de guerra comercial. Los Estados Unidos y China mantienen, desde enero de 2018, una relación complicada, debido a las medidas arancelarias impuestas por ambas naciones.

Pero, ¿cómo comenzó este conflicto y, lo que es más importante, qué relevancia tiene para México?

Respecto a la primera pregunta, es importante explicar que los roces entre ambos países iniciaron cuando el presidente de los EE.UU., Donald Trump, acusó a China de llevar a cabo prácticas desleales, como el robo de propiedad intelectual de productos norteamericanos, desde su entrada a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Después de ello, empezó, oficialmente, la guerra de aranceles: Estados Unidos fue el primero en atacar, gravando las importaciones de paneles solares (30%) y lavadoras (de 20% a 50%) y, posteriormente, de acero (25%) y aluminio (10%), la mayoría provenientes del país asiático. China hizo lo propio, al responder imponiendo aranceles a más de 120 productos americanos.

Ahora bien, ¿por qué a México debería de importarle esta pugna comercial y cómo podría impactarnos? De cierta forma, este conflicto podría representar un beneficio para nuestro país; sin embargo, también puede llegar a generar situaciones adversas que afecten nuestro desarrollo económico. Por ello, consideramos relevante poner este tema en la balanza.

Si bien la guerra comercial entre China y los Estados Unidos representa un beneficio para México, es complicado que estos efectos positivos se mantengan en el largo plazo.

Los posibles beneficios

Uno de los puntos que más hemos escuchado en los últimos meses es que, con el conflicto actual, México puede llegar a convertirse en el principal socio comercial de los EE.UU. Incluso un estudio de la Organización para las Naciones Unidas (ONU) precisa que, derivado de esta situación, nuestro país podría obtener una ganancia de nuevas exportaciones superior a los 28 mil millones de dólares -aproximadamente 6% de las exportaciones totales actuales-.

Lo cierto es que, en marzo pasado, las importaciones de Estados Unidos provenientes de México superaron a las de China, con una participación de 15.1% –el gigante asiático registro 15.0%–. Esta participación era de 14.4% y 18.4%, respectivamente, en marzo de 2018. Así, nuestro país se convirtió, al menos en ese mes, en el primer socio comercial estadounidense.

Sin embargo, estas cifras no necesariamente son consecuencia de la guerra comercial entre China y los EE.UU. De hecho, con base en un análisis realizado por nuestro equipo económico, observamos que, cada año, durante el primer trimestre, se reducen las exportaciones del país asiático hacia el norteamericano, por un efecto estacional.

¿Qué quiere decir esto? Que, durante este periodo o estación, baja la cantidad de productos que los Estados Unidos compra procedentes de China.

Pero dejando de lado este efecto estacional, podemos observar que, desde 2004, la tendencia de las importaciones de EU provenientes de China se ha mantenido al alza y muy por encima de los niveles de nuestro país.

Por esta razón, consideramos precipitado afirmar que, en el largo plazo, México seguirá siendo el principal socio comercial de los Estados Unidos, pues aún hay que esperar los datos de los próximos meses y, en ese sentido, el panorama se percibe complicado.

Aunado a ello, algunos especialistas han señalado que la mayor participación de México en las importaciones de Estados Unidos se debe a que empresas establecidas en China se están mudando a nuestro país, con el propósito de poder exportar sus productos a los EE.UU. sin pagar aranceles, lo que a final de cuentas podría beneficiarnos, con inversiones y la generación de nuevos empleos.

Sin embargo, hasta ahora, y pese a que la Inversión Extranjera Directa (IED) en México proveniente de China alcanzó cifras históricas en 2017 y 2018, solo hay registro de una empresa originaria de este país, dedicada a la fabricación de popotes y vasos de papel, que, derivado de la guerra comercial, decidió trasladar su producción e instalarse en Nuevo León.

Tomando en consideración los aspectos mencionados anteriormente, podemos precisar que, si bien la guerra comercial entre China y los Estados Unidos representa, hasta cierto punto, un beneficio para México, es complicado que estos efectos positivos se mantengan en el largo plazo y que tengan un impacto tan considerable, como el que prevén algunos analistas.

¿Y los riesgos?

Si bien existen aspectos que pueden beneficiar directamente a México de la guerra comercial entre los EE.UU. y China, también hay algunos temas y situaciones complejas que podrían presentarse y afectar a la economía de nuestro país.

Entre ellas, destacamos, principalmente, cuatro:

  1. Desaceleración económica global. Uno de los mayores temores que existe respecto a este conflicto es que, si se prolonga, puede generar un impacto negativo en la economía mundial, que podría opacar los resultados positivos que algunos países obtendrían.
  2. Depreciación de las monedas de mercados emergentes. El peso y otras monedas de países en desarrollo podrían perder valor, debido a la incertidumbre que permea sobre la guerra comercial entre los EE.UU. y China, y a la creciente aversión al riesgo.
  3. Cautela para tomar decisiones de inversión. Muchos empresarios se encuentran, actualmente, en un estado de cautela respecto a invertir en nuevos proyectos. ¿La razón? Que no saben, con certeza, cuándo terminará la guerra comercial y temen perder recursos si apuestan por un proyecto que podría ser gravado con nuevos aranceles.
  4. Cierre de frontera con los EE.UU. De cumplirse la amenaza del presidente de los Estados Unidos, de cerrar las fronteras comerciales con México, como respuesta al problema migratorio actual, nuestro país dejaría de ser un territorio atractivo para las empresas chinas interesadas en trasladar su producción.

Teniendo en perspectiva todos los escenarios posibles, podemos concluir que, efectivamente, México puede resultar ganador de esta guerra comercial entre los Estados Unidos y China, pero también puede salir perdiendo.

Por ahora, solo resta estar atentos a las conversaciones que sostengan ambos países y que serán clave para definir el rumbo y la estrategia comercial que siga no solo nuestro país, sino el resto de las economías del mundo.

Consideramos precipitado afirmar que, en el largo plazo, México seguirá siendo el principal socio comercial de los Estados Unidos, pues aún hay que esperar los datos de los próximos meses.

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